Todos los días nos relacionamos y comunicamos
con personas en todos lugares y facetas de la vida. Habrá alguien que
no, pero imagino que alguna vez habrá visto a alguien en su vida. De
estas relaciones y comunicaciones surgen fundamentalmente dos tipos de
personas. Las que se relacionan desde un estado de libertad y no
pretenden nada de la gente con la que se relacionan (Estos suelen
alimentarse de la Energía Universal). Y las que constantemente están
intentando hacer que todos les hagan caso y les dediquen su tiempo y
energía (Estos se suelen alimentar de la Energía Vital o Codificada de
la gente con la que se relacionan). Estos últimos son los vampiros
emocionales. Se dedican a chupar la sangre de los otros. De alguna
manera a vivir a costa de los demás.
Nadie se libra, porque esta ciencia no es tan
exacta. Habrá veces que nos chupen la sangre y habrá veces en la que lo
hagamos nosotros. No obstante es bueno saber por dónde se anda uno.
Tanto para defenderse de este tipo de gente, como para rectificar sobre
nuestras acciones, si es que ha llegado el momento o nos vemos
inspirados para un cambio o mejora en nuestras actitudes.
Yo he clasificado este tipo de acciones en cuatro. Cualquier sugerencia de análisis es buena y hay que empezar por algún sitio.
El violento, hace llamar su atención enfadándose u
ofuscándose por todo. Fácilmente llega a las manos sin motivo. Todos
hacen todo mal y él tiene que poner orden y nadie le comprende. Todo lo
hace por nuestro bien.
El interrogativo, siempre está buscando defectos
en la forma de vestir, el cuerpo o el aspecto de las otras personas.
Siempre está corrigiendo lo que han hecho o dicho los otros y se llama
interrogativo, aparte de porque pone en duda lo que le dicen, porque
suele responder a preguntas directas siempre con otra pregunta. O a
opiniones con un ataque directo. O sea nunca va a aceptar críticas.
El misterioso, siempre oculta lo que es; parece
introvertido o muy tímido. Nunca dice porque a sus manías o
preferencias. Se llama misterioso, porque nunca sabe porque hace las
cosas de esa manera. Utiliza su forma de vestir o actuar para
distinguirse de los demás. Nunca va querer parecerse a nadie. Es siempre
especial.
El víctima, es el último tipo. Siempre le duele
todo, suele ser hipocondriaco. Todo lo malo le pasa a él. Y siempre
tiene problemas más grandes que el resto, o se siente discriminado o
menos preciado porque no se le hacen el suficiente caso. Están siempre
pidiendo favores que no necesitan, o te llaman para contarte algo sin
sentido o necesidad, sólo para llamar la atención.
-o0o-
Este hambre por la energía de los demás es tan
real como la propia que nos saciamos masticando y deglutiendo. Nunca se
sienten culpables cuando se les descubre, son muy manipuladores y
dominadores, y esto es porque se creen su papel a pies juntillas,
cambiando sus estrategias con una facilidad y rapidez tremenda.
No son gente especial. No esperéis ver a alguien
que no se refleja en un espejo. Son personas que vemos y con las que
convivimos todos los días. Lo primero que nos van a hacer es, una vez
nos hayan elegido como víctimas, sugestionarnos con apreciaciones
negativas para vencer nuestra autoestima y seguridad. Pero para que eso
sea efectivo nosotros tenemos que darle premiso para que nos afecte. Por
ello, lo mejor es hacer caso omiso a esas observaciones “aparentemente”
inofensivas. Si nos atacan es porque nosotros lo hemos consentido y le
hemos allanado el camino para que nos chupen la energía. Con
ello comienza un proceso de destrucción al que contribuye el ladrón de
energía y la propia víctima, que inicia un proceso de autodestrucción al
dejar que los comentarios del vampiro emocional nos afecten.
El ladrón de energía suele padecer un
comportamiento enfermizo, y se caracteriza por su melancolía y su
tendencia a la depresión. Su falta de energía (No saber tomar Energía
Universal o valerse por sí mismo) la compensa alimentándose de la
actitud vitalista de otros (robando Energía Vital o Codificada). Como
son incapaces de generar la actitud positiva adecuada para sentirse bien
por sí mismos, inconscientemente, para compensar esa deficiencia,
buscan víctimas que les alimenten. Así, logran abastecerse robando la
energía anímica de los que les rodean.
Lo mejor para contrarrestar estos “ataques” es
hacer caso omiso o mantener una actitud positiva. De tal manera que el
propósito de esta persona, robar energía o llamar la atención, no tenga
efecto. Debes saber que lo que dice esta persona no es verdad o no lo
hace con la intención de ofender, simplemente se inventa algo para
llamar la atención; Algo que haga que te sientas mal, indefenso o
abatido para poder acceder a tu energía. Intentar cambiar a estas
personas es muy difícil, por no decir imposible. Entrar al trapo
descubriendo sus estrategias o actuando como ellos, sólo les dará más
fuerza y tú saldrás perjudicado.
En cuanto uno detecta que le están reclamando
energía, atención debe no acceder a ese chantaje. Si te encuentras que
estás teniendo un tipo de relación con alguien de este tipo, es
recomendable no ver a esa persona (en medida de lo posible), o no dejar
que las apreciaciones o comentarios, (incluso dichas o hechas en
público) nos afecten. En cuanto dejemos de alimentar a este tipo de
“personajes” se irán a chupar a la energía a otra parte. Es una tarea
muy laboriosa y permanente. El objetivo principal no es cambiarla, sino
que dejemos de ser víctima para ellos. Como ya he dicho, nunca acceder a
chantaje.
Si nos encontramos siendo nosotros el vampiro, pues es muy fácil dejar de serlo. Sólo hay que tener en cuenta estos puntos.
La energía que necesitamos entra por el chakra de
la coronilla y se llama Energía Universal. Es inagotable. Una vez que
entra en nosotros la codificamos y pasa a ser nuestra Energía
Vital. Esta, la Vital, no le sirve a nadie más que a uno mismo. Si
te encuentras que sientes que dependes de alguien emocionalmente o que
dependen de ti, se puede pedir que te devuelvan tu Energía Vital o tu
devolver la de otra persona con la simple intención de hacer ese
intercambio de devolución en el transcurso de una relajación.
Las personas no son cosas. Son personas y tiene
libertad de movimiento para relacionarse contigo o con quieran. Tú no
les debes nada emocionalmente, ellos no te deben nada emocionalmente. Lo
mejor de todo, es verse y relacionarse cuando las dos partes tengan
ganas. Las personas no son servicios de escucha, entretenimiento,
afectivos o sexuales 24 horas.
Es muy bueno contarle a alguien un problema o una
preocupación que tenemos; nos evita que vaya a mayores, nos da apoyo,
puntos de vista distintos para buscar soluciones y nos libera de esa
energía negativa que se haya podido crear. Pero no es bueno fuera de esa
preocupación estar creando conversaciones o ambientes negativos porque
si. No amargues a los demás en vano. Acuérdate de que lo que envenena es
lo que de tu boca sale. No utilices la palabra de forma negativa. Si no
estás a gusto con tu vida toma decisiones.
Siempre habrá alguien mejor, más guapo, más rico o
con mejores dotes que uno. La envidia no lleva a ninguna parte. La
originalidad sí, a lo más alto que tú ser pueda alcanzar. Envidiar
a otros, copiar las maneras o acciones de otros sólo nos convierte en
su sombra. Ser nosotros mismos nos va a dar nuestro potencial humano y
espiritual más alto. El mundo es diversidad. Si haces o eres una cosa
gustarás a unos. Si haces la contraria gustarás a otros. Nunca a todo el
mundo. Gran componente de la felicidad reside en este punto.
Las enfermedades no las curan las demás personas,
nos las curamos nosotros, Más allá de pedir un consejo o una opinión
sobre nuestros problemas de salud o nuestros achaques roba energía a los
demás y les enferma a ellos también. Es importante darse cuenta de si
estamos creándonos enfermedades para robar la atención a los demás. Y es
importante, porque al final, como quien se cura es uno mismo, si
hablamos de nuestras enfermedades en vano, cada vez nos vamos a sentir
más enfermos. E incluso a enfermar gravemente de verdad. Una actitud
positiva por contrario hará que cada día estemos más sanos.
La soledad se cura con soledad. Si estamos solos
es porque algo tenemos que meditar sobre nuestra forma de vida. Intentar
poseer a alguien para que nos haga compañía nunca nos va quitar la
sensación de soledad. Uno deja de sentirse solo cuando se da cuenta que
es parte del todo y encuentra su lugar y papel en la sociedad. No la
parte y el lugar que quiere, sino el que de verdad es.
Cada vez que critiques a alguien, debes saber que
te estás criticando a ti mismo, ya que cuando vivimos estamos siempre
proyectando lo que somos. Si también sientes que alguien te está
engañando, acuérdate que la única persona que te puede engañar eres tú
mismo. Nadie más puede.
Seguro que hay más puntos que ahora olvido. Pon
un observador en tu tercer ojo, que te permita ver lo que haces sin
criticarlo, sin juzgarlo. La verdadera justicia consiste en vivir sin
pisar a los demás. Pero también sin permitir que te pisen. Como decíamos
al principio, sin robar la energía de los otros, pero sin permitir que
se apoderen de la tuya.